Es aún muy pronto para hacer balance del juego de la Selección Española, pero, tras un cómodo partido ante Cuba en Las Palmas, y después de medirse a rivales de mayor entidad como Lituania y Eslovenia en Sevilla, creo que es posible valorar algunos aspectos positivos que nos deben hacer ser optimistas, no sólo de cara a la cita del EuroBasket ’09 en Polonia el próximo mes de septiembre, sino para las competiciones que se celebren en años venideros.
Si los contratiempos habituales entran dentro de los planes de cualquier proceso de preparación, este verano las lesiones se han cebado de forma más virulenta en una plantilla que no se ha parado a lamentarse ante la mala suerte, demostrando una vez tener un recorrido ilimitado, o al menos desconocido.
Para los aficionados a especular con el futuro de la selección, ya sea por tener un perfil previsor o por disfrutar elaborando teorías apocalípticas, el Torneo MARCA Ciudad de Sevilla debería haber sido el escenario perfecto para, de un plumazo, borrar sus miedos ante lo que pueda depararle a España los próximos campeonatos.
En el Pabellón San Pablo pudimos ver a un Marc Gasol ubicuo, en continua actividad obligado por las circunstancias, que tienen a su hermano en el dique seco y no permitieron a Felipe Reyes estar al cien por cien en los tres partidos que se disputaron. El mediano de la saga de Sant Boi ha conseguido que conjuguemos su nombre junto al verbo ‘estilizar’, algo que parecía improbable hace pocos años. A su tremenda potencia física ha aunado una rapidez de movimientos verdaderamente envidiables para un ‘5’ de su tamaño, una mezcla explosiva cuando se combina con su buena visión de juego, especialmente en la circulación de balón desde el poste bajo hacia los jugadores exteriores.
Con Víctor Claver ha pasado algo similar. Tras la lesión de Alex Mumbrú, hemos visto como el valenciano ha dejado definitivamente atrás sus problemas de rodilla para volver a encarar el aro con balón como pocos aleros altos son capaces. Como presenciamos en Sevilla, donde su progresión fue notable, su salto le permite ser una gran amenaza en el rebote ofensivo y una garantía en el defensivo.
Lo de Ricky es un caso aparte. Inmerso en una situación compleja, el base ha vuelto a sorprendernos: conocíamos su madurez, pero no imaginábamos una respuesta tan intensa en momentos de tanta incertidumbre. Muchos veteranos en su situación hubieran deseado tener la fortaleza mental de la que ha hecho gala el genio de El Masnou a lo largo de los cuatro partidos de esta Gira Eñemanía ‘09, en los que ha sido capaz de salir al campo y rendir a un alto nivel, con ese juego alegre y creativo que siempre suma en positivo en todos los apartados estadísticos relacionados con la producción.
Si los más jóvenes se sienten tan cómodos en la selección es porque no existe fractura generacional. Sin ánimo de seguir caminando por terreno ya transitado, la buena química es un hecho patente en el grupo, que se amolda a las necesidades del equipo y no a las propias, dejando ver un verdadero sentido del compromiso, cuyo significado ha tomado forma este año en la figura de Pau. Después de la temporada más larga de su vida y la satisfacción de haber ganado un anillo de la NBA, el jugador de los Lakers no ha dejado que una inoportuna lesión en un dedo de su mano izquierdo le prive de seguir entrenando para conseguir su objetivo, colgarse la medalla de oro el 20 de septiembre en Katowice.
martes, 25 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)