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martes, 23 de septiembre de 2008

Toma de contacto

Pasó el fin de semana y como tantos otros años hemos podido comprobar que el nivel de las competiciones es muy alto. No fallaron la mayoría de los grandes favoritos al ascenso pero sí pudimos observar que no se puede subestimar a aquellos equipos recién llegados a sus correspondientes categorías. Es el caso del Leyma Basquet Coruña (Adecco LEB Plata) o el Clínicas Rincón Axarquía (Adecco LEB Oro): ambos conjuntos han dado un golpe en la mesa, jugando sin prejuicios y entrando en sus respectivas ligas sin temer a nadie, como demostraron frente al Gestibérica Vigo y al Tenerife Rural. En el choque frente los canarios, serios candidatos para ocupar los primeros puestos de la tabla, la labor de los malagueños fue encomiable, pues el equipo de Rafa Sanz tiene una de las plantillas más equilibradas de su categoría.

Para bien o para mal, cada equipo ya ha tenido su primera toma de contacto con la competición y los nervios del debut pueden quedar atrás. Todos los años vemos equipos que arrancan en un estado de forma envidiable, espoleados por la confianza que supone encadenar varias victorias de forma consecutiva. En el reverso de la moneda vemos a otros clubes que luchan durante semanas por encontrar una identidad que les convierta en un equipo ganador. Al igual que no es conveniente dejarse llevar la euforia, tampoco es práctico asumir una postura fatalista. Y sino, ahí están los datos de tantas otras temporadas. Lo hemos visto todo: desde largas rachas de victorias truncadas en mayo hasta conjuntos desahuciados que tras la Navidad escalan posiciones a una velocidad de infarto para entrar en los playoff como el ‘coco’ contra el que nadie quiere jugar.

Ignorar donde está tu equipo en la tabla es un acto de irresponsabilidad, pero mirar la clasificación una y otra vez para comprobar que sí, que sigues siendo tercero igual que ayer, puede distraer la atención de los verdaderos motivos por los que se decidió pelear tiempo atrás. No sé si hay una ecuación exacta para estar en lo más alto de la clasificación, pero parece sensato seguir cuidando los detalles en el trabajo diario mientras se templan los ánimos de aquellos que creen que ya han ganado algo más que un partido o sacando de la apatía a los que piensan que no se puede salir del hoyo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Qué postura resulta más efectiva, la del típico entrenador que aun teniendo un buen equipo sigue diciendo que su objetivo es la permanencia; o la del que se fija el ascenso como único éxito aunque no sea un equipo de los más potentes?

Para un jugador el primero te quita presión pero te puede convertir en un conformista; y el segundo te puede transmitir confianza aunque el fracaso puede ser más duro.